Te doy la bienvenida por visitar mi blog.
En él mostraré mis obras al oleo, y también incluiré artículos sobre pintores y obras que me parecen interesantes y que, de una manera u otra, me han marcado en mi desarrollo artístico.
Me entusiasma el mundo del arte, y de especial manera la pintura.
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Rabadán Pintora.

viernes, 28 de agosto de 2015

¿POR QUÉ ESTA PROHIBIDO SACAR UN PICASSO FUERA DE ESPAÑA?

HEAD OF A YOUNG WOMAN (1906)

El pasado viernes 31 de julio del 2015 se interceptó un Picasso en Córcega, valorado en más de 25 milones de euros, perteneciente al banquero español Jaime Botín. Su hermano, Emilio Botín, presidente del Banco Santander recientemente fallecido, intentó sacar el cuadro el pasado mayo, pero el Ministerio de Educación confirmó su "inexportabilidad".

El anuncio del servicio de aduanas francés de haber interceptado el pasado viernes en Córcega un Picasso "Head of a young woman" , tenía como destino Suiza, pese a estar declarado como no exportable por las autoridades españolas y ratificado por la Audiencia Nacional, ha reabierto el debate sobre la prohibición de sacar de España determinadas obras.

El cuadro, 'Head of a Young Woman', estaba a bordo de un barco de nacionalidad británica, cuyo puerto de registro y puerto base del barco es Londres y llamó la atención de los funcionarios de Aduanas de Bastia, que reclamaron al propietario del barco que lo transportaba, y que estaba amarrado en el puerto deportivo de Calvi, los papeles pertinentes.

El hombre "solo pudo presentar un documento de evaluación de la obra, así como un informe escrito en castellano de mayo de 2015 de la Audiencia Nacional española, confirmando que se trataba de un tesoro nacional español que en ningún caso podía salir de España", señaló su comunicado.

El lienzo pintado por Pablo Picasso en 1906, HEAD OF A YOUNG WOMAN fue adquirido por Jaime Botín en 1977.

La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español argumentó que era "una de las pocas realizadas por su autor dentro del periodo Gósol (en referencia al pueblo leridano en el que el pintor malagueño se aisló en el verano de ese año) etapa en la que Picasso se ve claramente influenciado por la plástica del arte ibérico y los hallazgos llevados a cabo en ese momento que influirán decisivamente, no solo en el cubismo, sino también en la evolución posterior de la pintura del siglo XX".

Hace unos meses, la Fundación Casa de Alba no obtuvo el permiso del Gobierno español -ni el visto bueno en los tribunales- para poder vender en una subasta en Londres la carta que Colón envió a su hijo. Sin embargo, otras obras que estaban en España, como La Crucifixión de El Greco; Retrato de un caballero, de Rubens; o La esclusa, de John Constable, han sido vendidas por otras entidades en los últimos años y se encuentran más allá de nuestras fronteras.

Hay quien afirma que la marcha de algunas obras de arte fuera de España es un expolio silencioso del patrimonio artístico presente durante siglos en nuestro país. Los que secundan esta tesis argumentan falta de sensibilidad política y una menguante partida pública para compras. Incluso hay asociaciones destinadas a proteger estos bienes.


La legislación especifica que el Ministerio de Educación y Cultura debe dar el permiso para exportar las obras.
Sin embargo, otras voces de la sociedad civil y juristas consideran que España sigue inmersa en una economía solo parcialmente liberalizada, sujeta a intervencionismo público en el que a las tradicionales competencias del Estado se han añadido las asumidas por las autonomías; y el caso del patrimonio histórico-español podría ser un ejemplo.

Los dueños de las obras se quejan de que, en muchas ocasiones, el ministerio se opone a la exportación y no tienen más salida. Ante la negativa a que la obra se venda fuera de España y como en nuestro país el mercado de arte no tiene la profundidad necesaria para absorber operaciones de cierta importancia, en la práctica se obliga al propietario y a sus herederos a mantener la obra para exponerla, pero sin poder venderla. Existe en la ley un derecho de adquisición preferente del Estado cuando la exportación se deniega, pero no siempre se ejerce por falta de liquidez o interés.

Estamos en crisis y se exporta más: ¿se puede hablar de expolio?
La crisis hace que la salida de arte al extranjero crezca un 13%. España está en el séptimo lugar de la UE en exportaciones artísticas.

En principio, no se puede hablar de expolio, porque la venta de arte antiguo español en el extranjero está regulada, pero la crisis está provocando una cierta pérdida en el patrimonio privado artístico nacional.

Las operaciones de venta en el extranjero han crecido un 13% en el último año, un 25% desde 2010, según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX). "Lo que más se solicita son permisos para exportar numismática [monedas], pintura, mobiliario y artes decorativas, y en cuarto lugar, escultura", comenta Carlos González-Barandiarán, secretario de la Junta de Calificación de Bienes del Ministerio de Educación y Cultura, un comité de expertos que asesora sobre qué obras se pueden vender en el extranjero y cuáles no.
Estamos en crisis y se exporta más. Cultura otorga un permiso de exportación a las obras privadas que tengan entre 50 y 100 años de antigüedad y cuyo valor supere los 15.000 euros si son grabados, los 50.000 si son esculturas y los 150.000 si son pinturas.
Las de más de 100 años necesitan permiso independientemente de su valor.

Antonio Rodríguez Bernal, abogado experto en patrimonio histórico reconoce que cada vez más gente dueña de arte se interesa por los requisitos para venderlo en el extranjero, y que además la falta de liquidez del Estado hace que Cultura no pueda hacer contraofertas para que este patrimonio no salga del país.

Y es que el Estado tiene dos maneras de evitar la pérdida de obras de arte:
- declararlos Bien de Interés Cultural (BIC) cuando la solicitud de venta llega a la Junta de Calificación o 
-comprar la obra por el precio que piden los solicitantes del permiso.

"El dueño marca el precio y hace una oferta irrevocable. El Estado tiene tres meses para hacer una contraoferta. Y la crisis ha hecho que el Estado ya no haga tantas contraofertas como antes", afirma Rodríguez Bernal. "El valor de un bien privado lo pone el propietario, por tanto no equivale a una pérdida de patrimonio cultural, ya que no significa que todos los objetos a los que se ha concedido permiso se hayan vendido luego en el extranjero o que lo hayan hecho por el precio en que se valoraron en la solicitud", aseguran por su parte en la Junta.

Dejo este debate abierto para que puedan opinar, si así lo desean. En cualquier caso, espero que les haya servido.


Hasta pronto ¡¡

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